El Estudio Bíblico Inductivo (EBI) tiene una serie de ventajas que nos ayudan a desarrollar un acercamiento profundo hacia las Escrituras, sacando las mejores enseñanzas, muchas de las cuales pasan desapercibidas cuando hacemos una lectura rápida y desprevenida. La Biblia cobra una nueva dimensión. Nos permite tener un encuentro cara a cara con el Dios que inspiró por muchos siglos a quienes escribieron sus páginas.
Le animamos a considerar las siguientes características:
- Se lee la Biblia, yendo a la fuente original, y no un libro de estudio acerca de la Biblia o que comente la Biblia.
- El estudio en las Escrituras se hace sin ayudas externas tales como un comentario, opiniones de expertos o quizá, notas de una Biblia de estudio. Y cuando se recurre a estas herramientas, es cuando ha concluido el proceso del EBI.
- La Biblia se lee en su contexto. Se tiene en cuenta el conjunto del libro que se está estudiando, así como los capítulos anteriores y los posteriores, para conocer a quiénes y en qué circunstancias se dirigía el autor a sus lectores, como los asuntos que está abordando.
- Generalmente se abarca un libro entero de la Biblia y se va estudiando por segmentos, tomando toda la información disponible.
- Generalmente vamos a las páginas de las Escrituras sin ideas preconcebidas.
- Se evita incurrir en el error de leer sólo trozos de la Biblia, aquellos que encajan con lo que “nosotros queremos decir o enseñar”, obrando a nuestra conveniencia.
- Se estudian las Escrituras con la mirada puesta en lo que Dios quiere enseñarnos. El Espíritu Santo es el Maestro. Vamos a aprender de ellas con una actitud humilde.
- La Biblia se lee no una sino varias veces en el texto del cual queremos sacar los mayores tesoros. No se trata de una lectura casual. Toda gira sobre una premisa: ¿Qué dice Dios y cómo aplica a mi vida?
- Se parte de la base de que la Biblia es nuestra autoridad suprema porque a través de ella, Dios nos habla y nos traza pautas de vida personal y familiar.
TRES INGREDIENTES DEL EBI
El teólogo inglés, John Stott, en un conocido artículo titulado “El Espíritu y Su Palabra”, escribe:
Hay quienes sostienen que es posible hacer decir a la Biblia cualquier cosa que uno quiere. Es posible, si somos suficientemente inescrupulosos. Pero si usamos las herramientas adecuadas de interpretación, en lugar de ser nosotros quienes controlemos lo que dice la Biblia, será la Biblia la que nos controle.”
Sobre esta base, el pastor Stott propone que el Estudio Bíblico Inductivo (EBI) tenga tres ingredientes esenciales:
1.- El principio de la ________________. Buscamos el sentido literal del texto en lugar del alegórico, figurativo o el especulativo. Por ejemplo, decir cuando nos conviene: “Este texto es un tipo de Cristo.”
2.- El principio ________________. Estudiar lo que el autor quiso decir a sus lectores originalmente. No debemos olvidar que Él habló en momentos históricos específicos.
3.- El principio de la ________________. Aprendemos a interpretar las Escrituras a partir de las Escrituras mismas. Utilizamos, en esa dirección, las referencias cruzadas porque la Palabra se interpreta a sí misma.
Cuando nos movemos alrededor del EBI, estudiamos la fuente primaria que es el libro sagrado. En ese proceso, disfrutamos al encontrar sus enseñanzas fundamentales. Interiorizamos la Palabra.
DOS TIPOS DE ESTUDIO DE LA BIBLIA
Cuando hablamos de estudiar la Biblia, debemos partir de la base de que hay dos tipos:
1.- Método Deductivo. Trabaja sobre las generalidades.
2.- Método Inductivo. Es objetivo e imparcial. Se examinan primero las particularidades de las Escrituras, es decir, en los detalles, antes de llegar a las conclusiones.
Compartimos con usted un cuadro comparativo que lo explica:
CARACTERÍSTICAS PARTICULARES DE LOS MÉTODOS |
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INDUCTIVO |
DEDUCTIVO |
Vamos a las Escrituras con una mente abierta, dispuestos a aprender. | Vamos a las Escrituras con ideas preconcebidas. |
Estamos dispuestos a descubrir lo que nos enseñan las Escrituras, | Queremos demostrar, con base en la Palabra, lo que nosotros hemos decidido que es la verdad. |
Nuestro punto final es lo que aprendimos. | El punto de partida es lo que queremos que diga la Biblia y el punto final, que probamos que así era. |
Estudiamos la Biblia en su contexto. | Estudiamos la Biblia en forma fragmentada. |
Nos permite corregir errores doctrinales. | Nos apoyamos en los errores doctrinales. |
Trabajamos con el texto objetivamente (lo que dice). | Trabajamos con el texto subjetivamente (lo que me parece). |
La interpretación es una sola. | Se tiende a llegar a muchas interpretaciones |
La Biblia es la principal autoridad en nuestra vida. | Lo que recibimos por “inspiración” está por encima de lo que enseñan las Escrituras. |
El proceso no privilegia el interpretar la Biblia sino el observar, en primer lugar. Ahora bien, definimos la observación como la actitud en la que el estudiante de las Escrituras procura descubrir lo que el texto dice mientras que la interpretación—que está ligada a la Hermenéutica—busca descubrir qué es lo que esa enseñanza significó para los destinatarios originales.
La ruta es sencilla. Primero está la Observación, luego la Interpretación y, por último, la Aplicación que, en el estudio de la teología, está relacionada con la Exégesis.
Este proceso en detalle lo aprenderemos más adelante. De momento, lo que hemos hecho es tener claridad sobre el camino que vamos a seguir.
Le invitamos a leer Colosenses 3:16. Trate de hacerlo con las pautas sencillas que ha aprendido. Una vez lo haga, y por favor tómese el tiempo que sea necesario, escriba sus conclusiones:
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LA TRANSMISIÓN DEL MENSAJE BÍBLICO HASTA NOSOTROS
Viajemos en el tiempo. Démonos a la tarea de tratar de comprender de qué manera el autor de cualquiera de los libros de la Biblia realizó su trabajo y qué tenía en mente. ¿Lo hizo improvisando? Por cierto, que no, como leemos en Hebreos 1:1, 2 y 2 Timoteo 3:16. Estaban bajo inspiración divina. Pero, ¿qué los motivó para hacer su trabajo y qué esperaban que ocurriera con el paso del tiempo? Reflexione en estos aspectos y, si está tomando las clases en grupo, comparta sus conclusiones.
El proceso, mirándolo en perspectiva, ha tenido a lo largo de la historia los siguientes elementos:
1.- ________________. Las Escrituras son la fuente primaria. Dios las inspiró y, en sus planes, ha estado el que las enseñanzas lleguen hasta nosotros hoy sin ningún tipo de adulteración.
2.- ________________. Aun cuando los libros de la Biblia se escribieron originalmente en Hebreos, Arameo y Griego, se transmiten en nuestro tiempo en el idioma que hablamos, en nuestro caso el español moderno. La Biblia versión Reina Valera 1960 ha sido por muchos años la preferida del pueblo evangélico; no obstante, debería prevalecer hoy alguna de las versiones en lenguaje más fácil de comprender y que, sin dejar de lado el sentido original, interprete nuestra realidad.
3.- ________________. Es la forma como el mensaje bíblico ha sido transmitido a través de los siglos. Es entonces cuando debemos recordar que inicialmente la transmisión fue oral y luego se utilizaron pieles de animales, los papiros y, en nuestros días, el papel o los medios electrónicos.
4.- ________________. Es la forma como concebimos hoy el mensaje bíblico inicial.
5.- ________________. Es el segmento de población a la que procuramos impactar con el mensaje bíblico inicial.
Como se puede apreciar, el proceso de comunicación es muy sencillo y complejo a la vez. Una amalgama porque la sencillez está representada en que Dios ha tenido un propósito y tal propósito se ha cumplido y, en segundo lugar, la complejidad. ¿Por qué motivo? Porque sobre nuestros hombros recae la responsabilidad de transmitir un mensaje puro, sin contaminación.
EL SEÑOR JESÚS UTILIZÓ EL MÉTODO INDUCTIVO
Cuando vamos a la Palabra, y particularmente al Nuevo Testamento, encontramos en los Evangelios que el Señor Jesús le formula a sus discípulos y audiencia, alrededor de 153 preguntas. Fue una aplicación práctica del Método Inductivo con el propósito de que, sin alterar el mensaje, los oyentes llegaran a sus propias conclusiones.
Jesús era muy sencillo y práctico en su manera de enseñar, su punto principal era ser entendido, sus mensajes eran simples y profundos. Por ejemplo: «Un sembrador salió a sembrar«.
Otro aspecto interesante para observar, lo encontramos en el Sermón de Monte que comienza en Mateo 5:1 y concluye en Mateo 8:1. Le animamos a leerlo durante la semana entrante.
En el texto, encontrará imágenes, cuadros, ejemplos, ilustraciones, comparaciones. (Lobos, oveja, fruto, luz, roca, arena, tormenta, edificar, etc).
RESPUESTAS A LA LECCIÓN Nro. 2
A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:
Tres ingredientes del EBI.
1.- Simplicidad.
2.- Histórico.
3.- Armonía.
La transmisión del mensaje bíblico hasta nosotros.
1.- Fuente.
2.- Código.
3.- Canal.
4.- Decodificación.
5.- Receptor.
© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial de la Misión Edificando Familias Sólidas (Colombia)